domingo, 15 de junio de 2008

Vacaciones en Roma 2ª parte: mangiare

O sea, comer, papear, etc, etc..
En Roma, comer se come. O por lo menos, nosotros lo hicimos. De hecho, creo recordar que antes de salir cada día de casa, nos organizábamos en función del lugar donde fuéramos a hacerlo, y de las ganas que tuviéramos. Llegamos con el buen propósito de, ya que vivíamos en el apartamento, comprar y cocinar pero, claro, todo el día andando, acabas en el 5º pino (perdón, Vº pinus), y luego, hay que buscar sitio.
En definitiva, que como teníamos una buena guía (la Patrizzio´s) y, además, no se puede decir que seamos de mal comer, problema, ninguno. He aquí un breve guía, que podrá llamarse, a partir de ahora, "Paola's exclusivities".
En primer lugar (y primera foto), para comer pizza, Giacomelli´s. Sin lugar a dudas la mejor. Masa fina, de leña, muchos sabores. Tradicional, informal, la sobrina de la camarera se llama Paola, ¡ y no molestan las niñas pequeñas!. Además, y esto es lo que me gustó a mí, un Tiramisú de órdago. Olvidesen de La Carbonara. Es aquí donde hay que ir.



La Rosetta es un sitio fino de pescados con una filial posmoderna. Se encuentra cerca del Panteón y si eres cool debes ir. Lo más moderno es combinar sushi con tapas y de paso algo de marisco. Tienen hasta jamón de jabugo. Problema, con las luces de neón y decoración minimalista no es el sitio más idóneo para una bebé cansada de volar y andar.
Otra opción son los gelati; a cualquier hora, en cualquier lugar, de cualquier sabor. En vía Giustiniani, un fin de semana, al lado del Panteón, te puedes apalancar en la puerta y ver pasar la gente. No es muy glamouroso (o sí?), pero es divertido, sobre todo con tanto giri (nosotros no, obviamente).



Aparte de comer, también se puede beber en Roma, y cosas tan exclusivas como acqua manando de una fuente en la fachada de un Palazzo. En este caso la fuente está en el Hotel Columbus (para los mayores terraza interior y comedor con frescos renacentistas), que se encuentra en el Palazzo della Rovere, donde vivió uno de los héroes de mi padre, el cardenal della Rovere, posteriormente Julio II, un auténtico condottiero purpurado, a la par que mecenas de Miguel Angel, Rafael,....

Bueno, siguiendo con la comida, para sitio exclusivo y favorito de mis padres la Osteria de la Frezza, un sitio moderno y sofisticado destinado al formaggio y el salumi. Es un enoteca superdivertida, con muchas cosas que romper. Me dicen mis padres que recomiende una tabla de degustación de quesos italianos (hasta 15 quesos distintos elegidos al azar de entre más de 200 que tienen), con mermeladas, salsas de frutas y mieles. Los panes exquisitos. También el salumi (mezcla de salamis variados (cualquier variedad similar al salchichón) y prosciuttos). Y para beber, lo mejor, un Nobile de Montepulciano, de Toscana. Nunca un Lambrusco: en estos sitios es un pecado, ni siquiera los tienen en las cartas. Para ojos curiosos, vease aquí nuestra primera noche en la Ostería: antes y después de pasar Paolita (véase el cuadro de la pared) Los camareros, muy simpáticos. La gente se lo pasó bien conmigo (menos papá, creo)

Otras opciones más turísticas, pero no por ello menos encantadoras son comerse unos espaguettis buenísimos en mitad de la calle, en un escenario típicamente romano: una mesa en cualquier calle, paredes anaranjadas, mantelito de cuadros y cervezas de casi medio litro.... (véanse los vasos vacíos y las correspondientes sonrisas de mis padres). Otra alterntiva es tomarse un cafelito con pastas en el Castell Sant Angelo con vistas al Vaticano o, sencillamente, tomarse una pizza por la calle.



Pero lo que realmente me gusta, de verdad, de verdad son......... ¡¡¡¡¡LAS CHUCHES!!!!











































































































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