sábado, 28 de junio de 2008
martes, 17 de junio de 2008
Vacaciones en Roma 3ª y 4ª partes: callejeando. Rincones. Tutto i fá
Si algo se puede decir de Roma, es que calles tiene, y muchas (más que iglesias, creo), y eso da para mucho. Y claro, como cuando nos da por comer no paramos, la mala conciencia nos hace sentir la necesidad de quemar todo. Esto, o poco más o menos, es lo que dicen estos que atienden por padres y que me pegaron un tute salvaje.


Inciso: no es un top ten, simplemente soy yo, pero como estoy muy guapa me pongo, y en grande. Este sitio ya lo comenté ayer: es el patio del hotel Columbus, expalazzo della Rovere. Si soy mona y no lo puedeo evitar, y hablo de lo mejor de Roma, tendré que ponerme, ¿no?
Número 4: ¿creéis que estos sitios los he marcado por el monumento?, ¿por su alto valor estético?, ¿por su aporte humanístico?, ¿por los siglos que los contemplan?, ¿por las emociones que generan?. Pero que sofisticados os creéis: son dos lugares (y momentos míticos) PORQUE ESTABA DORMIDA Y DESCANSANDO.

Número 5: No es aún un momento mítico, al menos para mí. Es una especie de viaje al futuro. ¿qué es?. Pues el arranque de Vía Veneto, el lugar con mayor concentración de tiendas de marca de Roma. A mi modo de ver, uan calle más, con su fuente, sus piedras caídas, sus cafeterías... pero es que tengo dos años... dentro de 15, 13, 11... el resto de Roma me dará igual.
Número 6: hagamos una concesión al turismo típico. Fontana di Trevi: sí, todo el mundo va, que si esto ya no es lo mismo que con Anita Ekberg, que si donde está Mastroianni... La verdad es que no entiendo el interés de todo el mundo por tirar el dinero. Ahora que sé que existe y que vale para algo (chuches), me lo dan y me dicen que lo tiren. Bien, después de 50 intentos y casi con amenazas por parte de mi padre, acabé tirando la moneda. Pero eso no fue lo difícil, lo peor fue evitar que me tirase detrás a por ella (y las demás, ya puestos).


Inciso 2: como revisando las fotos, sigo dándome cuenta de que soy mona, heme aquí otra vez. Insisto, me niego a ocultar la evidencia.


Número 7: estampas típicamente romanas. Via del Corrallo. Encima de la puerta de una tienda de trastos no han puesto una madonna, ni un Cristo, ni un santo, sino una especie de Belén hecho con todo tipo de cachivaches. ¿Cutre?... No, romano ( y no es despectivo, todo lo contrario, tiene su encanto). Y la foto de al lado, el mismo lugar (sin cacharros: color de las calles, las plantas, el caos....) en fin, típicamente romano.


Número 8: El Panteon. A mi padre es lo que más le gusta de Roma. Y no lo entiendo, justamente es un agujero: se cuelan las palomas, el aire el frío. Todo el mundo mira hacia arriba y hay, justamente... ¡nada!. Debe ser por la originalidad, o porque sea un agujero de 2000 años o, quizás, porque desde hace 2000 años millones de personas han hecho lo mismo, mirar embobados hacia arriba.....
Número 9: Las palomas romanas. No son como otras cualquiera. Son un poco ... malas. Aquí se me ve, en pleno ataque de valentía, intentando dar de comer a las palomas, al mismo tiempo que me escondo detrás de papá que, por cierto, se dedicó a asustar más a los niños que espantaban las palomas que a las propias palomas. Cada cual tiene sus diversiones. La mía son los bichos, pero reconozco que desde que me he hecho adulta, sin motivo, cierto es, he decidido que les tengo miedo y eso es muy difícil de llevar en una niña de dos añitos y medio....

Número 10: Y el clásico de los clásicos. Un domingo por la noche, con las calles iluminadas y recién regadas, sin nadie paseando por la Vía del Corso, entramos en una tienda y mis padres se compraron un triple Cd con clásicos italianos de todos los tiempos, desde Doménico Modugno a los ganadores de San Remo y Umberto Tozzi. Eso ha cambiado mi percepción de la música y, si antes solo existía Mozart, ahora existe... ¡Gloria! Esta foto es, ya por la noche, viendo nuestro disco frente al Ara Pacis Agustea. ¡Que mejor fin de fiesta!


No voy a hacer aquí una guía turística de Roma: el que la quiera, que se afloje el bolsillo y se compre la Condé Nast o la Trotamundos, según expectativas. Sí que voy a contar lo mejor. No, no es que no sea humiulde (que no lo soy, dicho sea de paso, o mejor, es que sé que es lo mejor, no es orgullo), sino que sencillamente, igual que sé que estos dos hacen ciertas cosas regulín, otras (como elegir lugares con encanto) las hacen bien. Moraleja, que en plan de Top Ten, os mostraré los sitios que más me gustaron a mí.
Número 1: La Guardia Suiza. Famosos por ser protagonistas del Codigo da Vinci, y porque sus uniformes los diseñó un tal Michelangelo (con un gusto mitad naïf, mitad hortera), son unos señores graciosos que se encuentran en la Casa Grande de la Virgen. Todo el mundo se empeña en llamarles para que saluden y no lo hacen, aunque a mí uno me guiñó un ojo.
Número 2: la perfumería de mi prima. Pues sí, hay muchas Paolas, ¿y qué pasa? Pero nop todas pueden presumir de tener una perfumería a 200 metros del Coliseo, ¿no?. ¡Que no es un mo numento?. Vale, pero, tengo una perfumería de una prima en Roma, y eso no lo tiene todo el mundo. ¡ea!
Número 3: Escalera de subida a San Pietro in Vincoli. Está bien, me gusta el sitio: escaleras y túneles (ver las dos fotos). Al pie de la escalera hay algo muy gracioso: un restaurante de comida hindú ocupado por una legión de hindúes de Bollywood. Cuando entramos a buscar mesa, y eso que somos el turista-tipo, nos miraron como a auténticos marcianos, lo cual no deja de ser gracioso en Roma.
Inciso: no es un top ten, simplemente soy yo, pero como estoy muy guapa me pongo, y en grande. Este sitio ya lo comenté ayer: es el patio del hotel Columbus, expalazzo della Rovere. Si soy mona y no lo puedeo evitar, y hablo de lo mejor de Roma, tendré que ponerme, ¿no?
Número 4: ¿creéis que estos sitios los he marcado por el monumento?, ¿por su alto valor estético?, ¿por su aporte humanístico?, ¿por los siglos que los contemplan?, ¿por las emociones que generan?. Pero que sofisticados os creéis: son dos lugares (y momentos míticos) PORQUE ESTABA DORMIDA Y DESCANSANDO.
Número 5: No es aún un momento mítico, al menos para mí. Es una especie de viaje al futuro. ¿qué es?. Pues el arranque de Vía Veneto, el lugar con mayor concentración de tiendas de marca de Roma. A mi modo de ver, uan calle más, con su fuente, sus piedras caídas, sus cafeterías... pero es que tengo dos años... dentro de 15, 13, 11... el resto de Roma me dará igual.
Número 6: hagamos una concesión al turismo típico. Fontana di Trevi: sí, todo el mundo va, que si esto ya no es lo mismo que con Anita Ekberg, que si donde está Mastroianni... La verdad es que no entiendo el interés de todo el mundo por tirar el dinero. Ahora que sé que existe y que vale para algo (chuches), me lo dan y me dicen que lo tiren. Bien, después de 50 intentos y casi con amenazas por parte de mi padre, acabé tirando la moneda. Pero eso no fue lo difícil, lo peor fue evitar que me tirase detrás a por ella (y las demás, ya puestos).
Inciso 2: como revisando las fotos, sigo dándome cuenta de que soy mona, heme aquí otra vez. Insisto, me niego a ocultar la evidencia.
Número 7: estampas típicamente romanas. Via del Corrallo. Encima de la puerta de una tienda de trastos no han puesto una madonna, ni un Cristo, ni un santo, sino una especie de Belén hecho con todo tipo de cachivaches. ¿Cutre?... No, romano ( y no es despectivo, todo lo contrario, tiene su encanto). Y la foto de al lado, el mismo lugar (sin cacharros: color de las calles, las plantas, el caos....) en fin, típicamente romano.
Número 8: El Panteon. A mi padre es lo que más le gusta de Roma. Y no lo entiendo, justamente es un agujero: se cuelan las palomas, el aire el frío. Todo el mundo mira hacia arriba y hay, justamente... ¡nada!. Debe ser por la originalidad, o porque sea un agujero de 2000 años o, quizás, porque desde hace 2000 años millones de personas han hecho lo mismo, mirar embobados hacia arriba.....
Número 9: Las palomas romanas. No son como otras cualquiera. Son un poco ... malas. Aquí se me ve, en pleno ataque de valentía, intentando dar de comer a las palomas, al mismo tiempo que me escondo detrás de papá que, por cierto, se dedicó a asustar más a los niños que espantaban las palomas que a las propias palomas. Cada cual tiene sus diversiones. La mía son los bichos, pero reconozco que desde que me he hecho adulta, sin motivo, cierto es, he decidido que les tengo miedo y eso es muy difícil de llevar en una niña de dos añitos y medio....
Número 10: Y el clásico de los clásicos. Un domingo por la noche, con las calles iluminadas y recién regadas, sin nadie paseando por la Vía del Corso, entramos en una tienda y mis padres se compraron un triple Cd con clásicos italianos de todos los tiempos, desde Doménico Modugno a los ganadores de San Remo y Umberto Tozzi. Eso ha cambiado mi percepción de la música y, si antes solo existía Mozart, ahora existe... ¡Gloria! Esta foto es, ya por la noche, viendo nuestro disco frente al Ara Pacis Agustea. ¡Que mejor fin de fiesta!
EPÍLOGO
Roma tiene más, mucho más. No me extraña que mis padres se pirren por volver. Hablan mucho de Londres (ya os contaré si se dignan a llevarme), pero creo que esto es especial: las plazas, los puentes, las iglesias. Es m i tercera experiencia internacional, pero la que más me ha gustado. Si váis avisadme, y contadme que tal.DRAMATIS PERSONAE
- Paola: niña mona, protagonista indiscutible de esta historia.
- Mamá: la señora que me lleva a todos los sitios. Paola la quiere un montón.
- Papá: señor que mpaga en los sitios y se agobia con las colasa. Paola también le quiere.
- La Virgen: señora que tiene muchas casas en Roma, incluida la más grande de todas.
- Pablo: señor con espada que vigila mucha de las casas de la Virgen.
domingo, 15 de junio de 2008
Vacaciones en Roma 2ª parte: mangiare
O sea, comer, papear, etc, etc..
Aparte de comer, también se puede beber en Roma, y cosas tan exclusivas como acqua manando de una fuente en la fachada de un Palazzo. En este caso la fuente está en el Hotel Columbus (para los mayores terraza interior y comedor con frescos renacentistas), que se encuentra en el Palazzo della Rovere, donde vivió uno de los héroes de mi padre, el cardenal della Rovere, posteriormente Julio II, un auténtico condottiero purpurado, a la par que mecenas de Miguel Angel, Rafael,....
En Roma, comer se come. O por lo menos, nosotros lo hicimos. De hecho, creo recordar que antes de salir cada día de casa, nos organizábamos en función del lugar donde fuéramos a hacerlo, y de las ganas que tuviéramos. Llegamos con el buen propósito de, ya que vivíamos en el apartamento, comprar y cocinar pero, claro, todo el día andando, acabas en el 5º pino (perdón, Vº pinus), y luego, hay que buscar sitio.
En definitiva, que como teníamos una buena guía (la Patrizzio´s) y, además, no se puede decir que seamos de mal comer, problema, ninguno. He aquí un breve guía, que podrá llamarse, a partir de ahora, "Paola's exclusivities".
En primer lugar (y primera foto), para comer pizza, Giacomelli´s. Sin lugar a dudas la mejor. Masa fina, de leña, muchos sabores. Tradicional, informal, la sobrina de la camarera se llama Paola, ¡ y no molestan las niñas pequeñas!. Además, y esto es lo que me gustó a mí, un Tiramisú de órdago. Olvidesen de La Carbonara. Es aquí donde hay que ir.
La Rosetta es un sitio fino de pescados con una filial posmoderna. Se encuentra cerca del Panteón y si eres cool debes ir. Lo más moderno es combinar sushi con tapas y de paso algo de marisco. Tienen hasta jamón de jabugo. Problema, con las luces de neón y decoración minimalista no es el sitio más idóneo para una bebé cansada de volar y andar.
Otra opción son los gelati; a cualquier hora, en cualquier lugar, de cualquier sabor. En vía Giustiniani, un fin de semana, al lado del Panteón, te puedes apalancar en la puerta y ver pasar la gente. No es muy glamouroso (o sí?), pero es divertido, sobre todo con tanto giri (nosotros no, obviamente).
Aparte de comer, también se puede beber en Roma, y cosas tan exclusivas como acqua manando de una fuente en la fachada de un Palazzo. En este caso la fuente está en el Hotel Columbus (para los mayores terraza interior y comedor con frescos renacentistas), que se encuentra en el Palazzo della Rovere, donde vivió uno de los héroes de mi padre, el cardenal della Rovere, posteriormente Julio II, un auténtico condottiero purpurado, a la par que mecenas de Miguel Angel, Rafael,....
Bueno, siguiendo con la comida, para sitio exclusivo y favorito de mis padres la Osteria de la Frezza, un sitio moderno y sofisticado destinado al formaggio y el salumi. Es un enoteca superdivertida, con muchas cosas que romper. Me dicen mis padres que recomiende una tabla de degustación de quesos italianos (hasta 15 quesos distintos elegidos al azar de entre más de 200 que tienen), con mermeladas, salsas de frutas y mieles. Los panes exquisitos. También el salumi (mezcla de salamis variados (cualquier variedad similar al salchichón) y prosciuttos). Y para beber, lo mejor, un Nobile de Montepulciano, de Toscana. Nunca un Lambrusco: en estos sitios es un pecado, ni siquiera los tienen en las cartas. Para ojos curiosos, vease aquí nuestra primera noche en la Ostería: antes y después de pasar Paolita (véase el cuadro de la pared) Los camareros, muy simpáticos. La gente se lo pasó bien conmigo (menos papá, creo)
Otras opciones más turísticas, pero no por ello menos encantadoras son comerse unos espaguettis buenísimos en mitad de la calle, en un escenario típicamente romano: una mesa en cualquier calle, paredes anaranjadas, mantelito de cuadros y cervezas de casi medio litro.... (véanse los vasos vacíos y las correspondientes sonrisas de mis padres). Otra alterntiva es tomarse un cafelito con pastas en el Castell Sant Angelo con vistas al Vaticano o, sencillamente, tomarse una pizza por la calle.


Pero lo que realmente me gusta, de verdad, de verdad son......... ¡¡¡¡¡LAS CHUCHES!!!!
sábado, 14 de junio de 2008
Io sono la piu bella ragazza di Roma... Vacaciones en Roma 1ª Parte
Y no es que lo diga yo, es que me lo decían, oiga.... ¡sí, sí!, no me lo invento... pero vayamos por partes....
Erase una vez... no, es muy clásico. Sencillamente: a mis padres les dió un "flús" y dijeron "nos vamos a Roma", y nada, aprovechando que papá estaba contento con no se qué de los incentivos, y por aquello del "dolce far niente", decidieron de buenas a primeras, y sobre todo ¡sin preguntarme!, que nos íbamos a Roma.
Pero claro, Roma no está en los alrededores de Huelva, es más, está mucho más allá que Madrid (donde como todo el mundo sabe, está todo el mundo que no está cerca), así que el periplo comenzó saliendo muy tarde de Huelva y yéndonos a dormir a Sevilla para pegarnos un madrugón de mil narices y coger un avión. Y yo, una pobre bebé, cansadita, agobiada en el avión, con sueño, mientras mis padres me decían: ¡sonríe!. Así me salió la cara que me salió, y es que no me apetecía otra cosa. No obstante, y para que no os asustéis os pondré también un cara amable, La bella Paola durmiendo en su apartamento exclusivo en un palacete del siglo XIX frente al Castell de San´t Angelo. Me pregunto por qué dice mi padre que me quiero mucho, pero más cuando duermo.....
Bueno, volviendo al relato..... Roma.... Me gustó, hay que reconocer que lo pasé bien, si por bien podemos entender levantarnos por la mañana, echar a andar, volver a las tantas, echar una siesta, salir otra vez y llegar de nuevo tarde.... Sí, el plan no parecía prometedor pero.... viajar con mis papis es muy divertido, me llevan a sitios con mucha gente y muchas diversiones. ¿como lo llamó papá?... Sí, un parque temático de iglesias y restaurantes.... pues así fue. La Virgen tenía casas por todos lados y, claro, como no podía ser de otra forma, tras la Semana Santa y en pleno Rocío, no podía hacer otra cosa que, cada vez que veía una iglesia, pedir a gritos entrar hasta que veía una Virgen y le ponía una vela.... aunque lo más emocinante fue descubrir que, además de la Virgen, estaba también ¡Pablo!, y que además, la Virgen tenía una casa enorme al lado de nuestro apartamento....
Os pongo tres fotos de casas de la Virgen, primero su supercasa con Pablo a la entrada; luego una muy curiosa dedicda.... !a María del Monte! y la tercer con mi principal afición en Roma: las velas
En próximos capítulos "Comer en Roma, guía de restaurantes", "Callejeros: paseos por Roma", y "¿Que hacer cuando no tienes otra cosa que hacer?: entretenimientos varios".....¡¡¡¡A la vuelta de Publicidad!!!
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